Son miles de cosas las que día a día se convierten en realidad, una realidad a la que los sueños no tienen nada que envidiar porque soñar cuesta menos, porque soñar nos hace más decididos a la hora de saber lo que queremos.
Nos dicen que no podemos vivir de sueños pero las realidades primero han tenido que pasar por esta fase para poder llegar a ser lo que son, realidades.
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