domingo, 22 de diciembre de 2013

Tan frágil como colgar de un fino hilo en llamas.

¿Quién adivinaría y me diría que esto que siento es algo incomprensible, algo maldito, que quema por dentro como el fuego más ardiente en una chimenea de invierno?
¿Quién supondría y me gritaría en mitad de un claro de serenidad que acabaría así, tan confundida y decidida a la vez, tan tranquila y egoísta como yo sola?
Solo decir que esto todavía no ha empezado y cuando llegue el momento estallará como fuego artificial. Pero, ¿qué culpa tengo yo de desear lo que deseo y de querer lo que quiero? ¿Tan malo es querer dejar vivir algo que camina por si solo ya? ¿Tan malo es desear acabar de una vez y olvidar aquello que atormenta? Decidme queridos corazón y ansias de deseo, ¿tan malo es seguir vuestro instinto? ¿Debería dejarme caer para así evitar avanzar por el camino incorrecto que me marcáis?

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