miércoles, 16 de julio de 2014

Una suicida.

En el canto del silencio encuentro rumores de infidelidades, el susurro del mar que habla contándome aquellas historias de seres que fueron a sus pies a llorar. El único objetivo era no dejar un rastro de lágrimas que le indicase al resto la ubicación de su adiós después de leer esa carta donde, entre conclusiones y cobardía, se dice aquello que se ocultó tras sonrisas sin más vida que la de aquel cuerpo nutrido de burlas y engaños, que conseguía con esfuerzo mantenerse en pie.